Baculovirus, un delivery de buenas noticias
Los baculovirus pueden ser aprovechados en el control biológico de plagas para la protección de cultivos, así como también en el ámbito de la biomedicina para mejorar las estrategias de tratamientos post-infarto. En este caso, funcionan como un “delivery” capaz de transportar material genético a sitios específicos del cuerpo humano y recomponer las zonas dañadas. Aunque los ensayos experimentales aún son en ovejas, en un futuro se espera comenzar las pruebas en humanos. Para conocer más al respecto, conversamos con Mariano Belaich, director de la Licenciatura en Biotecnología, doctor de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) con Mención Ciencias Básicas y Aplicadas e investigador asistente del Conicet en el Laboratorio de Ingeniería genética, biología celular y molecular, Área de virus de insectos (LIGBCM-AVI).
-¿Qué son los baculovirus? ¿Cómo aprovechan sus bondades?
-Son virus de insectos que tienen diferentes aplicaciones biotecnológicas. Entre todas sus propiedades, sirven para ingresar en células de mamíferos sin infectarlas, por lo que una de mis líneas de investigación tiene que ver con el campo de las terapias génicas.
-¿A qué se refiere?
-En este caso, las investigaciones se ubican en el campo de la biomedicina y trabajo en colaboración con la Universidad Favaloro, que cuenta con un Instituto del Conicet en Medicina Traslacional. Con un modelo de enfermedad cardíaca en ovejas pretendemos desarrollar una terapia capaz de mejorar los tratamientos post-infarto. Las utilizamos porque ofrecen el ejemplo más cercano al corazón humano. Seleccionamos distintas etapas del desarrollo embrionario y adulto, con el objetivo de comprender en detalle la dinámica de su ciclo celular para intervenirlo con mayor precisión.
-¿De qué manera busca mejorar la situación post-infarto?
-El corazón, en tanto músculo, en ciertos casos comienza a funcionar mal. Por ello, la idea es modificar estos virus (los mismos que se emplean en el control biológico) y, en una ventana de tiempo posterior al infarto, los inyectamos. El propósito es estimular a las células para que logren cubrir las zonas dañadas, crezcan, regeneren y así consigan reducir los efectos producidos.
-¿En qué porcentaje se pueden reducir los efectos del infarto? ¿Hay cifras?
-De acuerdo a los análisis realizados desde el bioterio de la Universidad Favaloro, han conseguido remediar el tamaño del infarto entre un 20 y un 30 por ciento, dependiendo de la intervención realizada en cada caso. Sin embargo, sabemos que se espera incrementar estos porcentajes. Todavía falta algún tiempo para comenzar a realizar las pruebas en humanos; antes será fundamental completar los eslabones de seguridad, eficacia y control en ovejas.
-Es decir que, entonces, se trata de virus que infectan insectos pero no perjudican a mamíferos…
-Exacto. En mamíferos no son capaces de completar un ciclo infectivo y generar progenie, aunque, afortunadamente, logran ingresar a las células y trasladar material genético. Por lo tanto, lo que nosotros hacemos es editar el genoma del virus de manera tal que incorporamos genes que puedan ser leídos por células de seres humanos.
-Si logran trasladar el material genético, ¿funcionan como una especie de delivery?
-Claro, podríamos pensar que son motos que llevan el gen hacia la célula. Una vez allí, se expresan y producen algún efecto benéfico que nosotros –desde el laboratorio– pretendemos lograr.
-Por último, ¿cuáles son las ventajas de los baculovirus respecto a otros virus que también son empleados en terapias génicas?
-Su principal ventaja es que son seguros porque no son infectivos, de manera que nuestro organismo no reaccionaría de manera automática para querer expulsarlo; a priori, no habría un rechazo tan violento como podría suceder con terapias génicas que ya están en el mercado y utilizan virus humanos o de otros mamíferos. Por este motivo, también son de simple manipulación.
:: Las múltiples investigaciones de Mariano Belaich
El Director de la Licenciatura en Biotecnología no solo trabaja en posibles tratamientos para el post-infarto. Con los baculovirus como denominador común, también investiga cuestiones relacionadas al control biológico de plagas, orientado a reemplazar o complementar insecticidas químicos en cultivos orgánicos. “Desde este lugar clasifico diversas especies que se hallan en la naturaleza y en la formulación de agentes de control”, explica Belaich, y detalla que “mis desarrollos confluyen con los objetivos de Corpoica, una corporación colombiana para la investigación agropecuaria”.
Por otra parte, sus aportes se ubican, además, en el campo de las terapias antitumorales. Dado que los baculovirus funcionan como un delivery de aquello que los científicos deseen transportar, “diseñamos terapias antitumorales donde ya no buscamos que las células crezcan para reparar tejidos (como sucede durante el infarto) sino todo lo contrario”, indica. “En este caso queremos que la célula se muera”, completa. Las investigaciones en este aspecto consisten en inyecciones tópicas que limitan el crecimiento del tumor. “Podrían ser suministradas en el mundo veterinario y este año las probaremos en animales domésticos”, concluye.