El algoritmo de Belgrano: las efemérides y las disputas del presente sobre la explicación de los procesos sociales
*Por Guillermo De Martinelli.
En estos tiempos -y sobre todo en los últimos años-, la rememoración de nuestras “consagradas” efemérides suelen generarnos algo de incomodidad, fundamentalmente a los historiadores. Esta sensación no solo aparece cuando conmemoramos, como hoy, el Día de la Bandera; también la experimentamos con las otras fechas que el calendario nos recuerda como acontecimientos “históricos” que debemos conmemorar.
A pasos de iniciar la tercera década del Siglo XXI, aun celebramos la creación de un emblema, que concebimos como un símbolo constituyente de nuestra identidad. No es algo singular… Todos los países tienen su bandera y su momento de celebración. Sin embargo, en este presente el relato sobre la creación de nuestra insignia nos despierta algunos interrogantes, en especial si comenzamos a imaginar cómo fue el proceso previo que, finalmente, culminó en la combinación de esos dos colores.
Quienes nos formamos en el campo del análisis histórico solemos tener como marco de referencia (o coordenadas ordenadoras) tres ejes: el espacio, el tiempo y la temporalidad de los procesos históricos (económicos, políticos, sociales, culturales, ideológicos, etc.). Entonces, asumimos -más allá del positivismo que, en el campo historiográfico, se nos presenta cada vez que tiene oportunidad- que las construcciones sociales nunca pueden ser la expresión de un solo individuo. Muy por el contrario, son la manifestación de intereses colectivos que disputan y se imponen frente a otros actores, con otros intereses.
Es allí donde nos sentimos incómodos los historiadores, porque nos encontramos constantemente ante nuevos interrogantes que derivan de una sociedad dinámica y cambiante, y que nos deben alertar sobre la complejidad de todo proceso social (ya sea pasado o presente). Por eso, se vuelve necesario que los estudiosos de la historia en particular -y los cientistas sociales en general- disputemos el campo de la definición de lo social desde nuestros saberes específicos, frente a aquellas explicaciones que, basadas en viejas perspectivas, vuelven a plantear al individuo como sujeto central del relato histórico.
En consecuencia, resulta necesario revisar, en estos tiempos de avance de las neurociencias, lo que podríamos definir como el “algoritmo de Belgrano”. Este nos diría que nuestro Prócer -a partir de una serie de operaciones finitas y ordenadas, sumadas a una lógica definida previamente- logrará alcanzar la solución a un problema. Con mayor o menor grado de sofisticación, este esquema ha sido el implementado en gran parte de las explicaciones sobre nuestras efemérides.
Por tanto, será importante que volvamos a revisar estas explicaciones, recuperando la centralidad de los procesos colectivos y poniendo en suspenso la excepcionalidad de los grandes “hombres”. Esto resulta esencial en la actualidad, donde las sociedades están otra vez atravesadas por los discursos individualistas, que derivan en las falsas construcciones recreadas por la ideología de la meritocracia.
Sin dudas será un desafío poder repensar la figura de sujetos como Belgrano, en sus contextos correspondientes y en el marco de la complejidad que todo proceso histórico reviste, con el objetivo de construir una sociedad más democrática e inclusiva.
Texto: Guillermo De Martinelli, docente investigador del Centro de Investigaciones sobre Sociedad y Economía de la Argentina Contemporánea (UNQ).
Producción: Programa de Comunicación Pública de la Ciencia “La ciencia por otros medios”