Inteligencia artificial: la UNQ participa en importante proyecto binacional
El Programa “100.000 Fuertes en las Américas” surge a partir de una iniciativa del gobierno de Estados Unidos para conectar tareas de investigación entre sus universidades y las de Latinoamérica. Su propósito es desarrollar talentos a lo largo y a lo ancho de toda la geografía de la región y, en este caso puntual, se combinan los esfuerzos conjuntos de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y la Texas Agriculture and Management International University (TAMIU). El proyecto, denominado “Robótica y automatización industrial en aplicaciones de la vida real”, recibió aportes privados de la empresa Exxon Mobile y la condición es que los equipos conformados por ambas instituciones presenten sus avances en el término de un año.
“El objetivo del proyecto es generar un intercambio de investigación entre seis estudiantes de la UNQ y otros seis de la TAMIU. En esta oportunidad, nos toca recibir a los jóvenes de allí y en octubre próximo los nuestros irán para Texas. En el medio, las colaboraciones que se realicen serán remotas, aprovechando las tecnologías de comunicación disponibles” señala Félix Safar, docente de IACI y coordinador académico del intercambio.
Asimismo, Tariq Tashtoush, profesor de TAMIU y referente a cargo del proyecto, demuestra su gratitud por la recibida y sus ganas de visitar el país: “Es la primera vez que venimos a Sudamérica, hacía mucho que estábamos esperando esta oportunidad. Junto a mis estudiantes estamos muy entusiasmados por estar conversando e intercambiando ideas con Félix y su equipo. Comenzamos el diálogo en abril y, desde TAMIU, no veíamos la hora de visitar Argentina”, afirma. Y continúa con la descripción de los temas en los que pondrán manos a la obra durante los próximos meses: “Los proyectos tecnológicos en los que ya estamos trabajando tienen la virtud de involucrarse con asuntos de la vida cotidiana; las relaciones entre humanos y robots, el desarrollo agrícola, así como el tráfico son cuestiones que nos interpelan a diario. Hace poco visitamos la fábrica que Toyota tiene en San Antonio y puede verse de manera muy clara el modo en que los procesos industriales a gran escala están automatizados”, apunta.
Como adelanta Tariq, son tres las líneas de investigación en las que miembros de ambas instituciones concentrarán sus esfuerzos. La primera vincula robótica y agricultura, lo que se traduce en el desarrollo de aplicaciones destinadas a mejorar los rendimientos de los cultivos; la segunda, a partir del diseño de algoritmos, apunta a estrechar los lazos de cooperación entre robots y seres humanos para mejorar sus interacciones en ámbitos laborales; y, por último, se estudiará el campo de la visión artificial en el contexto de las ciudades inteligentes.
Al respecto, Damián Oliva, Director de IACI, comenta: “Se busca la optimización en la aplicación de agroquímicos para evitar el daño de los suelos sanos con herbicidas y localizar de manera más precisa la ubicación de las malezas, a partir del vuelo de drones que monitoreen las zonas. Además, queremos explorar las maneras que las máquinas y las personas pueden trabajar de forma colaborativa, y no suplementaria. Mientras el ser humano es capaz de adaptarse y ser creativo, los robots aportan su constancia, precisión y fuerza. Como última instancia, la idea es mejorar los procesos de detección de accidentes, el estado del tránsito y los comportamientos de los conductores a partir de algoritmos inteligentes”. En este sentido, desde una perspectiva general, completa: “En todos los casos procuramos el aprovechamiento de las bondades de la inteligencia artificial. Ese, tal vez, sea el gran telón de fondo que unifica todas nuestras intenciones y las de TAMIU”, expresa.
Para finalizar, es importante destacar que las líneas de trabajo no fueron seleccionadas de modo aleatorio. Por el contrario, se discutieron de manera concienzuda y bajo la pauta de que fueran capaces de cumplir con algunas premisas. “Necesitábamos que nuestros estudiantes comenzaran a desenvolverse en proyectos que tuvieran contacto directo con la vida real, debíamos asegurarnos tener la infraestructura y el equipamiento necesarios para poder llevarlos a cabo tanto en Argentina como en EEUU y, también, teníamos que demostrar el conocimiento de back up suficiente. Cumplimos con todos los requisitos, así que ahora lo único que resta es trabajar. Lo vamos a hacer muy bien”, concluye Safar.