COVID-19: las publicaciones científicas rompen récords

Los artículos científicos, más conocidos como papers, son comunicaciones en revistas especializadas que difunden resultados de investigaciones. Producir y publicar un paper puede demorar meses o años. Además, es caro. Algunas veces pagan los lectores para leer, otras los autores para publicar con libre acceso. Los papers son la principal forma de evaluación en ciencias. De la cantidad y el prestigio de las revistas en las que se publica, depende la calificación de los autores. “Publica o perece” (publish or perish) es un lema que las y los científicos cargan en sus espaldas. A ocho meses del primer brote por SARS-CoV-2, el aluvión de publicaciones rompe todos los récords conocidos (por tiempo y cantidad) e, inevitablemente, se encienden las alarmas por la calidad del conocimiento que usamos para tomar decisiones sanitarias y políticas a nivel mundial.

A fin de julio de 2020, se publicaron en el mundo más de 35.000 papers relacionados con el nuevo coronavirus, según datos del Observatorio Iberoamericano de la Ciencia, la Tecnología y la Sociedad de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Y esto es solo lo registrado en el buscador PubMed, la principal base de datos que contiene citas y resúmenes de papers sobre ciencias biomédicas y biológicas. Dado que hay más buscadores, la cantidad total de publicaciones sería aún mayor. Las búsquedas también muestran que más del 60% de los artículos científicos publicados en los últimos meses sobre virus refieren al SARS-CoV-2. Frente a esta enorme cantidad de artículos, cabe preguntarse si todos los trabajos son rigurosos en el diseño de los experimentos y análisis de datos y, por lo tanto, si aportan resultados confiables.

La pandemia gatilló el interés por la ciencia junto con la forma de producir y publicar el conocimiento. Eso tiene grandes ventajas. Como afirma Jorge Montanari, investigador de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y el CONICET, “estamos trabajando con un montón de información disponible para el beneficio de toda la comunidad científica y no científica”. Por ejemplo, los avances mundiales del conocimiento sobre el código genético del virus se difunden en forma libre y en tiempo real. Eso permite seguir la evolución del genoma del virus y registrar sus cambios. En otro contexto, esta información no sería gratuita porque el mercado editorial controla la circulación del conocimiento científico, explica Montanari. “Ante una situación acuciante se hace patente la necesidad de saltearse los mecanismos del mercado de las publicaciones en pos del bien común. El problema está en que nuestro sistema de validación de la calidad científica está muy apoyado sobre el negocio editorial. Quizás esto demuestra que se necesita mayor capacidad de soberanía científica a nivel nacional, regional y del sector público”, afirma el investigador de la UNQ.

Por otro lado, también hay riesgos. Acelerar los tiempos de publicación puede generar papers menos robustos, es decir, basados en evidencias poco confiables. Asimismo, podría disminuir los controles en la revisión por pares, el método que utilizan las revistas científicas para evaluar la validez, la calidad y la originalidad de los artículos. Esto sucedió con un trabajo reciente publicado en The Lancet, una de las revistas médicas más prestigiosas. Allí se afirmó, sobre evidencias engañosas, que la cloroquina e hidroxicloroquina -medicamentos antimaláricos en estudio para el tratamiento de la COVID-19- se relacionaban con un aumento de la mortalidad por complicaciones cardíacas en pacientes con coronavirus. Y aunque solo se trató de un fraude que engaño la revisión de los pares, los hallazgos falsos fueron noticia mundial e incluso la OMS los usó para detener ensayos globales con hidroxicloroquina.

Otra complicación está atada a los preprints, “artículos que todavía no han pasado por el proceso de revisión por pares, pero que se suben a repositorios públicos porque urge la necesidad de información”, explica Montanari. Estamos en un momento en que mucha gente llega a los mismos resultados a la par. “Al publicar estos preprints, los autores se aseguran que no les pueden robar o copiar el trabajo”, agrega el investigador del CONICET.

Sin embargo, utilizar preprints como fuente de datos para tomar decisiones tiene consecuencias sanitarias y políticas. Por ejemplo, durante la pandemia por el SARS-CoV-2, el gobierno peruano añadió la ivermectina -fármaco antiparasitario- a sus guías terapéuticas nacionales basándose en los resultados de un preprint, pero luego dio marcha atrás ya que el estudio utilizó la misma base de datos fraudulenta del caso de la revista The Lancet.

Si bien el apuro por publicar primero sobre un tema y por obtener más cantidad de publicaciones es parte de la vida de los científicos, la pandemia y la demanda de respuestas urgentes llevó al extremo esta situación. Aún es incierto si esta dinámica de publicación científica perdurará en el tiempo. Cuando todo pase, será un buen momento para revisar los alcances y las trayectorias de las publicaciones, en particular, en nuestro territorio y región, de cara a reforzar nuestra soberanía sobre el conocimiento y mejorar la comunicación pública de la ciencia.

*Por Natalia Calienni, texto realizado en el marco del Taller de Comunicación de la Ciencia de la Maestría en Ciencia, Tecnología y Sociedad de la UNQ.

Fuentes consultadas:

Organización de Estados Iberoamericanos (2020): “Seguimiento en tiempo real de las publicaciones científicas sobre COVID-19”, Observatorio CTS. Disponible en: https://observatoriocts.oei.org.ar/2020/03/25/el-radar-del-observatoriocts-seguimiento-en-vivo-del-covid-19/

Mehra MR Desai SS Ruschitzka F Patel AN (2020): Hydroxychloroquine or chloroquine with or without a macrolide for treatment of COVID-19: a multinational registry analysis. Lancet. (published online May 22.) 10.1016/S0140-6736(20)31180-6.

The Guardian (2020): “Surgisphere: governments and WHO changed Covid-19 policy based on suspect data from tiny US company”, artículo, 4 de junio. Disponible en: https://www.theguardian.com/world/2020/jun/03/covid-19-surgisphere-who-world-health-organization-hydroxychloroquine

Gobierno de Perú (2020): Resolución Ministerial 270-2020 MINSA. Disponible en: https://cdn.www.gob.pe/uploads/document/file/694719/RM_270-2020-MINSA.PDF

Instituto de Evaluación de Tecnologías en Salud e Investigación (2020): “Uso de ivermectina para el
tratamiento de pacientes con COVID-19”, REPORTE BREVE Nº 17, Versión 03. Disponible en: http://www.essalud.gob.pe/ietsi/pdfs/covid_19/RB_17_v3_ivermectina_17jun2020.pdf

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