Coronavirus: ¿qué piensa la gente sobre la ciencia y los expertos?

El docente e investigador de la UNQ, Pablo Pellegrini, presenta todos los detalles sobre un estudio para conocer las representaciones sociales durante la pandemia.

“Representaciones sociales sobre la ciencia y los expertos en pandemia” es el título del informe preliminar que la subred de Ciencia del “Estudio Nacional Colaborativo de Representaciones sobre la Pandemia en Argentina” (ENCRESPA) difundió de manera reciente. Entre los autores del trabajo que pertenecen a diferentes instituciones, destacan los aportes de referentes de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ). “El proyecto es muy interesante porque articula una red de universidades de todo el país. Nuestro objetivo general es comprender cómo la sociedad se acomoda a la pandemia y a la pospandemia. Indagar en las representaciones de la ciudadanía argentina respecto a lo que sucede en este escenario”, dice Pablo Pellegrini, docente e investigador de la UNQ y del Conicet.

Explorar y analizar las percepciones, las actitudes y las valoraciones que desarrolla la sociedad en torno a diversos temas vinculados a la ciencia, la educación y la salud resulta fundamental para, en el mediano plazo, constituir políticas públicas que permitan gestionar mejor esta época de incertidumbres. Bajo esta premisa, como parte de un proyecto mucho más amplio (ver apartado final), desde ENCRESPA, presentaron un adelanto para conocer qué piensa la gente acerca del origen de la pandemia, el rol de los científicos argentinos en su combate, así como también, el grado de confianza relacionado a las vacunas. Con este fin, los miembros del equipo que coordina Pellegrini realizaron 47 entrevistas, que se complementarán con análisis estadísticos, grupos focales y encuestas masivas presenciales y online. “Los próximos meses iremos cruzando información y produciendo material todavía mucho más jugoso y basado en el análisis de las concepciones, percepciones y valoraciones de muchísima más gente”, adelanta el especialista. Pero vayamos por partes.  

Origen del virus
“Como sabemos, hubo muchas teorías que circulaban por los medios y las redes sociales, que asumían que el virus habría sido originado a propósito en un laboratorio. Por otro lado, también estaba la idea que mayor evidencia científica reúne hasta el momento y que planteaba que el coronavirus había mutado y, a través de una zoonosis, se había propagado en seres humanos. De manera que buscábamos saber qué tanto habían permeado las distintas hipótesis en la gente”, plantea Pellegrini.

En relación al origen del virus, la explicación mayoritaria (25/47) adoptada por los entrevistados fue considerar que el Sars CoV-2 fue producido por una manipulación humana, mientras que un tercio (14/47) expresó que se trataba de un fenómeno natural. La mayoría (33/47), asimismo, se muestra insegura debido a la diversidad de teorías que circulan. El referente desmenuza esta información obtenida y lo explica en detalle: “Cerca de la mitad de los entrevistados considera que el origen del patógeno residiría en una manipulación humana. De aquí se subdivide: mientras algunos individuos pensaban que la manipulación había sido intencional, otros creían que había sido accidental”, señala. Y luego continúa: “También hubo una porción que cree que el virus se propagó de manera natural, de la misma manera que ocurrió en otras pandemias a lo largo de la historia. Sin embargo, incluso quienes sostienen esta postura, manifiestan no estar tan seguros por la cantidad de información dando vueltas”.

Las teorías que circulan por los medios de comunicación generan dudas y provocan confusiones en el público. La cuestión es sencilla de comprender a partir de premisas que fueron propuestas en siglo pasado: si bien los mass media no le dicen a la gente cómo tienen que pensar, sí le sugieren sobre qué tienen que pensar. En 2021, contar con la posibilidad de marcar agenda no es poca cosa.  

El rol de los científicos y científicas
“En Argentina, el rol de los expertos en el manejo de la pandemia fue bastante relevante. El gobierno se apoyó mucho en algunos especialistas para tomar medidas de aislamiento social y distintos cuidados preventivos de política pública”, destaca. La idea subyacente en este caso es que la ciencia posee legitimidad social y que, por añadidura, los científicos y científicas constituyen un grupo de consulta habitual. “Desde muchos ámbitos relacionados con la ciencia, se habla de que la política debería tomar decisiones basadas en evidencia. En nuestro país, los expertos desempeñaron un papel importante en la agenda pública y en la toma de decisiones. Una situación así es algo que rara vez se ha visto tan claramente. En otras naciones, los especialistas de la medicina y de la ciencia no han desempeñado el mismo rol”, compara Pellegrini.

De acuerdo a este eje, si bien la mayoría de las personas (36/47) reconoce el papel importante desempeñado por los expertos y expertas, luego tiene dificultades para mencionar aportes concretos. Asimismo –como mencionaba Pellegrini– el rol en las medidas frente al coronavirus es ampliamente valorado, pues muchos (20/47) destacan como un acierto la forma en que el gobierno se apoyó en ellos para guiar la política, mientras que otros (21/47) consideran que incluso se debió “consultar más a los científicos”.

Desde este punto de vista, lo narra el docente e investigador de la UNQ: “La gente que entrevistamos brinda un fuerte apoyo a la decisión del gobierno de basarse en los expertos, especialmente en la figura de los médicos. Incluso, casi la mitad de los entrevistados critica a las autoridades por el hecho de no haberse basado aún más”. Después agrega: “Hay una minoría que se muestra en contra en la medida porque asocia la relación entre expertos y funcionarios con cuestiones políticas e ideológicas. Por último, hay una minoría aún más pequeña que cuestiona la falta de otro tipo de especialistas”. La mayoría de los consultados por las autoridades sanitarias fueron profesionales de la salud, y una parte de la gente entrevistada piensa que, tal vez, se podría haber dialogado más con científicos y científicas que concentran sus tareas en otros campos de investigación. La referencia es para economistas, sociólogos o antropólogos.

Paradójicamente, el apoyo de la gente no se traduce en mayor conocimiento acerca de lo que los hombres y las mujeres de ciencia hacen. “Más allá del apoyo que los entrevistados brindaron al hecho de que el gobierno se hubiera basado en la opinión de los especialistas para gestionar la pandemia, cuando les consultamos acerca de desarrollos y avances puntuales protagonizados por los científicos y las científicas de Argentina, no tienen muy en claro qué responder”, aclara.

Confianza en las vacunas
“Los discursos antivacunas ganan espacio en todo el mundo, por ello, buscábamos saber qué pasaba en relación a la confianza de la gente. Lo que encontramos fue que la mayoría de las personas tiene expectativas favorables y se confirma con el ritmo de inmunización que adquirió la campaña en el presente”, subraya Pellegrini. Bajo esta premisa, solo un tercio (15/47) de los entrevistados manifiesta temores o desconfianza, sobre todo, debido a la velocidad con que se aprobaron y a los efectos que pueden llegar a producir las tecnologías.

A la fecha, Argentina ha inmunizado con una dosis a 27.218.267 personas y a 11.973.481 con el esquema completo. El país confirma su tradición histórica de gran adhesión a las vacunas como herramientas de prevención medulares.

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Este trabajo se elaboró en el marco del Proyecto “Identidades, experiencias y discursos sociales en conflicto en torno a la pandemia y la postpandemia”, que forma parte del Programa de Investigación de la Sociedad Argentina Contemporánea (PISAC). Las ciencias sociales y humanas en la crisis COVID-19 (Agencia I+D+i).

A nivel general, el Proyecto –dirigido por el Dr. Javier Balsa– fue uno de los 19 seleccionados en octubre de 2020 en la convocatoria PISAC-COVID-19 realizada por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT), la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) y el Consejo de Decanos y Decanas de Ciencias Sociales y Humanas (CODESOC).

El propósito es conocer cómo la ciudadanía en general y los sectores de educación y salud, en particular, percibieron y se representaron la irrupción de la pandemia en sus vidas y en la dinámica colectiva, en términos de confianza, solidaridad, miedos, prejuicios y cuidado, para analizar de qué manera proyectan su inserción individual y colectiva en la Argentina de la pospandemia.

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