El discurso, una cuestión de hegemonía
Javier Balsa es Dr. en Historia (UNLP), investigador independiente del Conicet y profesor titular en la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ). Desde aquí dirige el Centro de Investigaciones sobre Economía y Sociedad en la Argentina Contemporánea (IESAC), y ancla sus estudios en el campo de la hegemonía y el discurso. Utiliza los conceptos de la teoría gramsciana al tiempo que recupera los aportes de Ernesto Laclau para concentrar sus esfuerzos en las disputas en torno a los modelos de desarrollo agrario en la Argentina a lo largo del siglo XX y en la actualidad. Su objetivo, entonces, es “tratar de entender cómo funcionan los esquemas de dominación en la sociedad actual”. A continuación, se ensayan algunas ideas al respecto.
-¿De dónde proviene su interés por estudiar el concepto de hegemonía?
-Producto de la crisis de 2001 y de algunas preocupaciones previas surgió la necesidad de analizar cómo se producen las relaciones de dominación en una sociedad democrática como la argentina. Se trataba de responder a problemáticas más concretas del tipo: “¿por qué los pobres votan a representantes que gobiernan para los ricos?”. De este modo, la línea teórica que reflexionó al respecto de un modo sistemático es la que inaugura Antonio Gramsci, mientras se encontraba en la cárcel víctima del fascismo italiano entre fines de 1920 y principios de 1930.
-Sus famosos cuadernos…
-Sí, él escribe muchas reflexiones acerca de estos procesos. Frente a las expectativas de la Europa de la primera posguerra mundial, finalmente, en todos los rincones triunfa una recomposición de tipo burguesa. Se trata de una preocupación que recorrió a todo el siglo XX y explica, en parte, cómo es que se produce la dominación política de las mayorías populares en contextos democráticos. En este marco, la teoría de la hegemonía lo que busca es tratar de explicar estos fenómenos con una óptica claramente de izquierda que, desde fines de los setenta y principios de los ochenta, le agrega una mirada posmarxista elaborada por Ernesto Laclau.
-¿Y cómo podría sintetizar el aporte de Laclau a la teoría gramsciana?
-Bueno, justamente ahí reside un punto importante de lo que nuestro grupo investiga. Nos interesa elaborar una sistematización de estas teorías que cuentan con un bajo nivel de sistematicidad.
-¿Por qué?
-Porque están más emparentadas con reflexiones filosóficas, indicaciones y líneas de lectura, que con una teoría sistemática y una metodología bien definida. En este sentido, es vital comprender los aportes de Laclau en una matriz gramsciana. Una de sus contribuciones tiene que ver con pensar la hegemonía en términos de lógicas. Mientras algunas intentan absorber todas las demandas que hace la sociedad mediante una propuesta universalizante, que se traduce en la idea “desde el poder todo puede ser más o menos resuelto” (retórica neoliberal); otra asume que la totalidad de los problemas no puede ser resuelta desde el poder porque sostiene que “las elites no deben ser atendidas del mismo modo que los sectores más desfavorecidos” (retórica populista). Otro de sus aportes tiene que ver con otorgar una clara centralidad a la dimensión discursiva que Laclau lo profundiza. Desde aquí, todas las construcciones políticas hegemónicas se basan en la duplicidad de la figura retórica.
-¿Y ello qué implica?
-Tiene que ver con presentar dos cosas similares como si fuesen equivalentes. Por ejemplo, “si usted quiere que no haya hiperinflación, debe tener un plan de convertibilidad”. Sabemos que dicha equivalencia es falsa, dado que podría haber hiperinflación con otras medidas económicas, pero el menemismo lo presentó de ese modo junto a la necesidad imperiosa de “abrir la economía” y “disciplinar a los movimientos obreros”. Entonces, la cadena de equivalencias -en este caso- se resumiría en “si usted no quiere hiperinflación, usted quiere a Menem”. Es decir, se utilizan términos que no son idénticos pero se presentan como si lo fueran. Y, por último, a ese elemento de la retórica se suma el componente afectivo, ello puede observarse en las lógicas de amigo-enemigo y de crispación que plantean los esquemas populistas. Allí residen los puntos que, desde mi perspectiva, son interesantes abordar para nuestras investigaciones pero intentando sistematizar los pensamientos para que puedan tener un tratamiento metodológico vinculado al análisis del discurso.
-Entonces, cuéntenos un poco más sobre sus investigaciones, que reúnen los postulados de Gramsci y los aportes de Laclau pero con un objetivo metodológico de sistematización.
-Existen dos líneas. Una se vincula con el análisis de los textos y con la reconstrucción de las ideas de Gramsci en una clave menos estructuralista, que piensa la hegemonía en sentido plural y de manera más útil para interpretar la realidad latinoamericana concreta. Una concepción que advierte la presencia de hegemonías en disputa. A ello se suma una interpretación personalizada de otros textos como los de Laclau, y por último, viene el análisis del discurso. El propósito, entonces, sería entender cómo funcionan los esquemas de dominación en la sociedad actual.
-¿Qué discursos analizan?
-Nos interesa, por ejemplo, el discurso de Mauricio Macri en comparación a los de Néstor Kirchner. Desde aquí, estudiamos cómo las personas construyen ideas de la realidad a partir de los discursos, de qué manera se produce esa dinámica y qué elementos se ponen en juego. Tenemos integrantes del equipo que investigan la “interacción discursiva”.
-Es decir que concentran sus esfuerzos en quienes emiten los mensajes pero también en sus destinatarios…
-Exacto. Por ejemplo, analizamos de qué manera el discurso del agronegocio logra interpelar a productores agropecuarios que, en principio, son perjudicados por el modelo global, pero no consiguen construir una discursividad que se contraponga al modelo hegemónico trasnacional. De este modo, se analiza el rol de los medios y el periodismo, y luego se realizan entrevistas a productores rurales. También utilizamos encuestas que complejizan el estudio. Y, por último hay otro espacio en el equipo de investigación que se preocupa por analizar los temas agrarios, más allá de las discusiones respecto a la hegemonía.