Movimiento colectivo: el desafío es aprender a evacuar

Juan Cruz Moreno es Doctor en Física (Universidad Nacional de La Plata) e Investigador del Conicet en el área popularmente conocida por la comunidad universitaria como “IACI”, es decir, Ingeniería en Automatización y Control Industrial. Aunque fue formado en rayos cósmicos y es especialista en óptica, en la actualidad concentra sus esfuerzos en un campo bautizado como “movimiento colectivo”. Podría remitir, con tranquilidad, a una categoría propia de las Ciencias Sociales, aunque desde la física adquiere otro sentido. Aquí describe por qué, cómo y para qué puede ser útil explorar cómo se mueven las personas en situaciones de pánico, así como también en otras instancias menos estresantes.

-¿A qué se refiere con movimiento colectivo?
-¿Alguna vez observaste como se mueven los peces o el modo en que se trasladan las bandadas de pájaros? Si te fijás bien es muy fácil advertir de qué manera se mueven y producen formas particulares. Como si fueran coreografías en el agua y en el aire. Como estos, se ha comprobado que existen muchos seres vivos en diferentes escalas –desde bacterias hasta animales complejos como los humanos– que reproducen su propia serie de movimientos colectivos. Desde nuestra perspectiva, los clasificamos como sistemas de partículas que se mueven de manera conjunta sin líderes.

-¿Y cómo lo investigan?
-Hay muchos modelos teóricos que provienen de la mecánica estadística y de la física computacional que son útiles para explicar estos fenómenos. Hay uno que se denomina “modelo de fuerza social”, que es el que más me atrae porque está pensado para personas y fue diseñado para reproducir la dinámica del flujo de individuos. Se estipulan parámetros de inicio (una determinada velocidad y geometría del movimiento) que, al ser precisos, se acercan mucho a lo que se podría observar en una manifestación colectiva como respuesta a una situación de pánico. La idea es que la teoría que manejamos se asemeje lo máximo posible a los comportamientos que exhibimos en la vida real.

-¿Trabajan como simulaciones?
-Sí, con simulaciones computacionales. El objetivo final es desarrollar un dispositivo que permita ordenar evacuaciones. Lo pensamos no solo para instancias de pánico sino también para sistematizar el flujo de personas en diferentes circunstancias. Estamos detrás del diseño de un sistema automatizado de control que oriente las señalizaciones de salidas y la apertura de puertas y portones para escuelas, estaciones de subtes y hospitales, por ejemplo.

-¿Cómo funcionaría el sistema?
-Se prevé la instalación de cámaras y a través de imágenes de video nos llegaría la información necesaria para aplicar los modelos teóricos que manejamos y así ordenar el flujo de salida en tiempo real. A nivel internacional ya existen sistemas de este estilo pero asumen un carácter estático. Se trata de tecnologías muy bien pensadas pero son útiles para infraestructuras ya predeterminadas. Te pongo un caso: en el aeropuerto de Zúrich (Suiza) hay un pasillo muy grande por el que transita la gente y opera un sistema de coordinación de puertas muy sofisticado. Es eficiente mientras que no haya muchas personas queriendo dirigirse en la misma dirección. Cuando más de dos aviones aterrizan al mismo tiempo demuestran los mismos problemas que podemos tener en Ezeiza.

-El asunto, entonces, es diseñar sistemas dinámicos, capaces de ajustarse en tiempo real de acuerdo al flujo y a los imprevistos que podrían generarse.
-Exacto. Hoy el aeropuerto puede reunir a 500 personas, pero mañana podría concentrar a 1000. En este sentido es que no se podría contar con un sistema estático para regular el flujo; la medición y la resolución de problemas deben ser en simultáneo. Cuando juega River, el gobierno opta por cortar avenidas temporalmente o tornar peatonales los puentes que corresponden al tránsito vehicular. Esas no son soluciones; de hecho, son respuestas que no solucionan nada. El mismo concepto se aplica con recitales y manifestaciones en la vía pública: la reacción inmediata son los cortes y luego, ante el malhumor de la gente que quería circular y no puede, sobreviene la represión en muchos casos. Por eso, siempre procuramos aplicar nuestra ciencia para mejorar la vida cotidiana de la gente y responder a alguna de las necesidades que se presentan.

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