Mujeres originarias: las guerreras pacíficas de la Madre Tierra
A pocos días del arribo a Buenos Aires del Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir, recuperamos la charla “La rebelión de las flores nativas: las mujeres indígenas como guardianas de la Tierra”, realizada por el Museo Argentino de Ciencias Naturales para visibilizar esta lucha.
*Por Camila Victoria Cando.
Son las cinco de la tarde del tercer lunes de abril, afuera brilla el sol, pero la actividad sucede adentro. Se espera, con computadora en mano y entusiasmo, el inicio de “La rebelion de las flores nativas: las mujeres indígenas como guardianas de la Tierra”, una charla de divulgación científica del Programa Bioscopio/MACN, del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”, que busca difundir el trabajo de la institución y promover la cultura científica entre el público general.
La actividad del MACN tuvo lugar entre el inicio (14 de marzo) y el fin (22 de mayo) de la marcha que acaba de concluir el movimiento Mujeres Indígenas por el Buen Vivir, y en la que cientos de integrantes se movilizaron desde diversos puntos del país hasta el Congreso de la Nación para denunciar el “terricidio” y el modelo extractivista que acaba con los recursos naturales.
“La charla me pareció una buena oportunidad para visibilizar los problemas y conflictos que se dan entre las distintas concepciones y prácticas sobre el territorio, hablar sobre el “terridicio” y sobre los problemas que surgen como consecuencia de las prácticas económicas extractivistas”, subraya la Dra. Cintia Rosso, antropóloga e investigadora del MACN-CONICET, oradora de la actividad que fue transmitida por Facebook Live.
Al presentarse, Rosso habla sobre su trabajo activo con comunidades Moqoit de la provincia del Chaco, donde investiga sobre los conocimientos y habilidades que estas poseen sobre el entorno vegetal. Para comenzar, establece un enlace entre el día del Aborigen Americano y el de la Tierra, que cada año se celebran el 19 y 22 de abril, respectivamente. Señala también que la conmemoración permite recordar, traer a la memoria para tomar conciencia. Algo que se vuelve especialmente relevante por estos días en los que acaba de terminar la caminata de dos largos meses que hicieron cientos de mujeres indígenas, bajo la consigna “Sembraron Terricidio, Cosecharán Rebelión”.
Rosso enfatiza que las coyunturas siempre están en constante cambio, en este caso, nos encontramos atravesados por una pandemia global que ha roto muchas estructuras. Destaca que es indispensable que volvamos a vincularnos y seguir las recomendaciones del Instituto Nacional Contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), para enfrentar los actos de discriminación a los pobladores originarios.
En función de la educación, el INADI insiste en que se deje de hablar de ellos como parte del pasado y resaltar que no se es salvaje o bárbaro por tener una estructura socioeconómica diferente. Por otro lado, desde la salud, se aspira a que los trabajadores del sistema puedan incluir conocimientos ancestrales de curación para prevenir la propagación de enfermedades y contribuir al aislamiento. Además, el Instituto incentiva a las provincias a proveer información en lenguas locales.
Avanza la charla y la investigadora del CONICET habla sobre el “Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir”. Un colectivo que se autoreconoce como miembros y/o descendientes de varias de las 36 naciones originarias de Argentina. A su vez, remarca que la charla lleva el nombre de la movilización que el grupo de mujeres realizó en 2019.
Entender qué significa el término “terricidio” es crucial para comprender el significado detrás de esta gran lucha emprendida por este movimiento de mujeres. Refiere a la concepción extractivista que busca la explotación de los recursos naturales con un fin pura y exclusivamente comercial. Es el asesinato progresivo de la tierra y sus ecosistemas.
Según Rosso, para los pueblos originarios la espiritualidad está presente en todos los aspectos de la vida. Los ecosistemas llamados perceptibles cuentan con entidades no humanas y fuerzas de la naturaleza con la que se entablan relaciones de reciprocidad. Es por ello que el territorio es sagrado para los pueblos, sin él no puede haber espiritualidad.
La deforestación, los incendios acontecidos a lo ancho y largo del territorio argentino, la multiplicación de los campos de soja, las fumigaciones con agrotóxicos y la megaminería son muchos de los efectos generados por estas prácticas. Rosso remarca que “El movimiento de Mujeres Indígenas por el buen vivir” trata, desde 2012, de hacer visible esta problemática en la que los Estados-Nación y empresas extractivistas son considerados terricidas. Se busca, por ende, que se los juzgue como crímenes de lesa naturaleza y lesa humanidad.
Al finalizar la charla, la antropóloga subraya la importancia de mostrar las acciones de este colectivo, como así también repensar nuestro rol en la sociedad. Son las mujeres originarias quienes quedan al cuidado de la tierra cuando los hombres parten por trabajo y son también ellas las que sufren las perpetraciones, los chineos -la violación de niñas de comunidades originarias- y femicidios.
La fuerza está en la acción -sostiene Rosso-, en tomar un papel activo en la lucha. La colaboración puede darse de muchas maneras, ya sea desde lo económico como simplemente contribuir hablando de esta problemática, haciéndola visible. Así podremos tomar conciencia de que la Tierra es nuestro hogar. Única e irremplazable.
Texto: Camila Victoria Cando, estudiante del Taller de Comunicación de la Ciencia y Periodismo Científico (cohorte 2021), de la Licenciatura en Comunicación Social de la UNQ.