“El sistema en el que vivimos es corrupto ambientalmente en su esencia”

Las y los estudiantes de la UNQ realizaron entrevistas para conocer y mostrar miradas diversas y actuales sobre el cambio climático. En esta tercera entrega, recogen los testimonios de los activistas ambientales Facundo Gallo Pastorini, Martín Almiña y Catalina Gonda.

*Por Georgina Berretta Invernizzi, Trinidad Parada, Noelia Fabiana Tarello, Juan Cruz Vilchez y Leila Gómez.

El cambio climático es el fenómeno que evidencia el impacto de la apropiación desmedida de los “recursos naturales”, la explotación con procesos contaminantes y la pérdida de ecosistemas. La comunidad científica, grupos de activistas y referentes políticos y sociales denuncian, desde hace décadas, estos usos destructivos y abusos sobre el ambiente.

Para contribuir a esta tarea, las y los estudiantes de las asignaturas Legislación Ambiental (Departamento de Ciencia y Tecnología) y Comunicación de la Ciencia (Departamento de Ciencias Sociales) de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) -coordinados por las docentes investigadoras Sandra Goñi, María Eugenia Fazio y Mercedes Pastorini-, se unieron para entrevistar a referentes del periodismo, la función pública y el activismo ambiental. 

En esta tercera entrega dialogan con Facundo Gallo Pastorini -activista ambiental en Pinamar-, Martín Almiña -director y presidente de la Asociación Civil Más Oxígeno- y Catalina Gonda -bióloga e integrante de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).

Según el  Informe Bienal de Actualización presentado en 2019 sobre el cambio climático, el 90% de las emisiones de de gases de efecto invernadero (GEI) son aportadas por los sectores agrícola y energético, ¿cómo es posible pensar en políticas de mitigación si nos encontramos con una constante expansión de la frontera agrícola? 

Catalina: la expansión agrícola es un problema pero la pregunta más importante es: cómo vamos a pensar en políticas de mitigación si todavía apostamos por los combustibles fósiles y no nos dirigimos hacia una transición energética. Muchas veces se habla del agro o de la ganadería pero no se tiene en cuenta que casi el 53% de las emisiones viene del sector energético, directamente de la quema de combustibles fósiles que representa la mayor parte de nuestra matriz energética. 

Facundo: el problema más grande que tenemos en la actualidad es, justamente, la posibilidad de políticas de mitigación y no de prevención u ordenamiento del trabajo agrícola-ganadero. Esta expansión de la frontera, en realidad, es un problema en el sector ambiental que responde a dos puntos muy importantes: lo redituable que es la soja para el productor y para el país en la entrada de divisas; y, por otro lado, no tanto la falta de legislación como que cuando vas a implementarla te encontrás con la propiedad privada. Entonces, hay un montón de leyes que mitigan, previenen y ordenan pero, realmente, el problema está en la propiedad privada. Hasta que no se limite el uso del suelo va a ser, creo, que muy complicado.

Según un informe de FARN, la Ley de Bosques Nativos está desfinanciada, persisten la deforestación ilegal y los problemas con el ordenamiento territorial previsto por la ley, ¿a qué atribuís estos problemas?

Catalina: En realidad no es la Ley de Bosques sino su implementación, porque la ley significó un avance muy importante en materia ambiental en Argentina y sirvió muchísimo para darle visibilidad a esta problemática y fortalecer la institucionalidad, sobre todo en materia de gestión. De hecho, hubo una baja en la tasa de deforestación a partir de su sanción aunque todavía persiste el desmonte en bosques protegidos y el desmonte ilegal. El principal problema está en la implementación.  Mucha deforestación se da por una falta de control y fiscalización. También por falta de sanciones por parte de las autoridades provinciales competentes a nivel nacional. 

El Acuerdo de Escazú podría proteger a los líderes ambientales, ¿Coincidís? ¿Puede colaborar en conflictos como el de Andalgalá en Catamarca?

Facundo: el acuerdo no garantiza una solución pero, sin duda, sí el acceso a la información o la participación pública en la toma de decisiones. Es un gran avance, son derechos para el ambientalista, algo que antes ni siquiera se hablaba.

Catalina: también induce a que los países tengan que implementar mejoras en su legislación, en las normas vigentes y es una herramienta importante de alcance internacional.

La Ley de Presupuestos Mínimos de Adaptación y Mitigación del Cambio Climático fue un gran avance ¿Por qué crees que antes del 2019 no se había promulgado una ley específica ? Por otro lado, en la ley se habla de Mesas Ampliadas con participación de varios sectores sociales, ¿se pusieron en práctica? ¿Resultaron ser de utilidad?

Facundo: Creo que, como todas otras muchas leyes, van ganando terreno y llega un momento que es la misma sociedad la que empuja para que las cosas sucedan. Si el pueblo olvida que existe, difícilmente tengamos del otro lado alguien que refresque su existencia. Pero creo que ahora se habla mucho más, ya está presente en temas de conversación desde el sector público. Acá [Pinamar] se plantea la participación de distintos sectores y la verdad es que la mitad no se presentan, no les interesa y, como no está penada esa ausencia a una mesa de trabajo en conjunto en pos del ambiente, sigue siendo más de lo mismo. Hay una ley de bosques pero se tiran los bosques, hay una ley de pesca pero se pesca donde no se puede, existe un matriz de corrupción ambiental.

Catalina: Creo que acá es importante que se establezcan mecanismos apropiados que garanticen la participación efectiva de la sociedad civil en todos los procesos de formulación, y también de implementación de políticas climáticas y de planes.

¿Nuestro país se alinea con las políticas o legislaciones que se aplican internacionalmente? ¿Existe una coordinación con países limítrofes, que son con quienes compartimos bienes comunes?  

Facundo: cuando nos ponemos a estudiar el tema y plantear la posibilidad de soluciones o mitigación del problema ambiental, encontramos que nada es suficiente. Pero se puede pensar que, en realidad, tenemos políticas ambientales coordinadas en Latinoamérica, el problema es la implementación cuando se empiezan a rozar los intereses puertas para adentro. Existe una gran falta de coordinación.


Dado que el cambio climático es uno de los desafíos más importantes que tiene la humanidad y que la educación ciudadana es una herramienta fundamental en ese sentido, ¿creés que es posible una difusión de las capacitaciones, como por ejemplo se consiguió con la Ley Micaela que es obligatoria en muchos ámbitos públicos? 

Martin: Si la sociedad hoy tuviese una necesidad real con respecto a la contaminación, ahí las leyes ambientales tomarían fuerza porque pasarían a ser funcionales. Distinto es el caso de los que viven en los pueblos, si están fumigados empiezan a ver cómo sus familiares sufren o ya tienen deformaciones, ahí es distinto pero sigue siendo una porción de la población muy minoritaria. Entonces, hasta que el ambiente no sea una necesidad real, es difícil tomar conciencia e implementar estos cambios.

En el marco de la pandemia se señaló la desinformación como una de las principales brechas en el consenso sobre vacunas, ¿ es posible consensuar la impartición del conocimiento en temáticas ambientales mediante la educación ambiental? 

Catalina: Creo que la educación ambiental es importante, pero no creo que se solucione solamente con educación ambiental. Hay un rol importante también que juegan los medios de comunicación porque circula mucha desinformación respecto a las temáticas ambientales, lo mismo que pasó con la pandemia. En parte porque muchos medios no contratan a periodistas especializados, entonces mucho de lo que se comunica está sesgado o tergiversado o directamente la información no es verídica. Hay muchos periodistas especializados en temáticas ambientales muy buenos en Argentina. Los medios de comunicación masivos contratan gente que no está especializada en el tema y se ve reflejado en las notas que publican.

¿Qué acciones puntuales considerás que deberían poner en marcha los Estados para reducir el impacto de las actividades industriales que degradan el ambiente?

Catalina: Son múltiples las cuestiones que se tienen que poner en marcha porque lo que se necesita es un cambio sistémico en el modelo de desarrollo. Puedo nombrar dos cuestiones que me parecen importantes: llevar adelante una reforma del código penal, es decir que los delitos ambientales sean delitos penales para que los que hacen estragos en los ecosistemas y en el ambiente en general no queden impunes. Y otra de las cuestiones está en eliminar los subsidios y los incentivos estatales que son perjudiciales para el ambiente, no solo en materia climática sino también para la biodiversidad, por ejemplo, dejar de subsidiar a los combustibles fósiles .

¿Qué puede enseñarnos la respuesta global a la COVID-19 sobre nuestra respuesta al cambio climático?¿Es sostenible más allá de la pandemia cuando vuelva la “normalidad”?

Facundo: La pandemia generó un poco de conciencia individual, nos mostró cómo vuelve a su espacio natural todo cuando dejamos de intervenir. Pero es difícil que quede algo, porque el sistema en el que vivimos es corrupto ambientalmente en su esencia.

Catalina: no hubo cambios de base. La cuarentena no fue un alivio para el ambiente. Muchos de los países empezaron a inyectar paquetes de recuperación de emergencia para salir de la crisis, fortaleciendo mucho a los sectores más contaminantes. Creo que la respuesta global a la Covid-19 fue, en muchos países del G20, bastante negativa. Se invirtieron más en actividades sucias que en limpias y existen varios estudios que lo demuestran. La pandemia representa una oportunidad para cambiar cuestiones de base, pero lamentablemente no estamos viendo que se esté tomando esa dirección.

Facundo Gallo Pastorini es activista, radicado en la ciudad de Pinamar. Trabaja en la prevención, educación y cuidado de nuestro ambiente, con foco específico de acción en los bosques y las playas.
Martin Almiña es ingeniero industrial, y se dedica al desarrollo de proyectos de Triple Impacto. Director y presidente de la Asociación Civil Más Oxígeno, desde donde se creó “Red de Compostaje”, la mayor comunidad de compostaje en Argentina.
Catalina Gonda es Licenciada en Ciencias Biológicas (FCEyN, UBA) y desempeña actividades sobre adaptación al cambio climático, el vínculo biodiversidad-cambio climático y en acercar la ciencia a la toma de decisiones en la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).

*Texto: Georgina, Trinidad y Noelia son estudiantes de la carrera de Biotecnología; Juan Cruz y Leila de la Licenciatura en Comunicación Social (UNQ).

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