Argentina tiene su nuevo termómetro del consumo

Es una iniciativa promovida por la Licenciatura en Economía del Desarrollo, cuyo objetivo es claro: la realización de proyectos rigurosos y confiables que informen a la sociedad sobre aspectos relevantes, como la economía y la producción. Porque el acceso a la información representa un derecho, la ciencia pone a disposición todos sus insumos para satisfacer un área vacante.

Los análisis económicos pueden apoyarse en la confección de estadísticas, herramientas que utilizan series de datos numéricos para obtener inferencias y calcular probabilidades. Por su parte, los números solo adquieren sentido cuando son examinados en contextos específicos y contemplados de modo integral, a partir de comparaciones e inscriptos en líneas temporales. Que un celular de alta gama, en la actualidad, cueste alrededor de 22 mil pesos no dice demasiado si no se tiene en cuenta que en 2007 los últimos modelos podían ser adquiridos por un cuarto de aquel valor. Ni mencionar cuando ingresan en escena otras variables como el poder adquisitivo de los consumidores y los índices inflacionarios. Desde aquí, ¿qué sucede con el consumo de bienes industriales de producción nacional? ¿Qué hay de las importaciones?

Uno de los principales referentes del proyecto, Germán Herrera Bartis, elabora una respuesta y apunta: “si bien abunda la información estadística, no siempre es bien interpretada. Creemos que faltan herramientas de reflexión crítica. Por ello, desde las universidades vale la pena proponer ese debate”. En la edición de hoy, el Licenciado en Economía (UBA), Magíster en Políticas Públicas (Universidad de San Andrés) y docente-investigador de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) describe en qué consiste el Mapa de Indicadores del Desarrollo en Argentina (Mide-Ar), explica sus cálculos sobre la caída del consumo de productos industriales de fabricación nacional y argumenta, en último turno, por qué utilizar como referencia datos provistos por el INDEC no sería un problema.

 

-Desde la Licenciatura han promovido el Mapa de Indicadores del Desarrollo en Argentina. Cuénteme acerca de la iniciativa.
-Hemos presentado dos indicadores en este primer informe. En primer lugar, el Índice de Consumo “Hecho en Argentina”, que estudia la evolución del consumo interno de bienes industriales de fabricación nacional. Por otro lado, el Coeficiente de Importaciones Industriales, que calcula la proporción de importaciones y su incidencia en el mercado doméstico.

-¿Y qué conclusiones pueden extraer de los análisis que realizaron con ambos indicadores?
-Lo que hallamos es que se produce una caída muy marcada del consumo interno de productos desarrollados en el país. Durante el tercer trimestre de 2016, esa cifra representa un 8.8% en relación al mismo trimestre del año anterior. Se trata de la tercera caída consecutiva del indicador, que acumula una reducción del 8.3% en los primeros nueve meses del año en relación al mismo período de 2015. Hubo dos retrocesos similares, en 2009 y 2014, pero no alcanzaron el orden del 8% que, sin dudas, representaría el más pronunciado.

-¿Esa caída afecta a todas las actividades industriales o se manifiesta de modo específico en ciertos sectores en particular?
-Es transversal a todas las actividades. Contamos con información desagregada por sector que expresa la caída de todos los sectores industriales, con independencia de los pequeños matices en cada caso. Es un problema que incluye tanto a las áreas que satisfacen la demanda final como a aquellas que abastecen con insumos al sector agropecuario, la industria o bien la construcción.

-Ello causa el incremento de la participación de las importaciones en la dinámica del mercado interno…
-Exacto. Ante esta realidad, las importaciones ganan cuotas de mercado. El dato que medimos para fin del año pasado era de 17.3% y en la actualidad, esa cifra se elevó a 20.3%.

-¿Podría ilustrarlo con un ejemplo? 
-Sí, claro. Si en 2015, cada $100 consumidos solo $17 correspondían a bienes industriales importados, hoy en día esa cifra alcanza los $20. Esta situación, para el productor nacional, representa una doble dificultad, pues se achica la capacidad de demanda del mercado interno y, al mismo tiempo, se genera más competencia con productos importados.

-En este marco, y ante las conclusiones a las que arribaron, hay un interrogante que no se puede eludir. ¿Cómo construyen los indicadores?
-Tomamos la base de las cuentas nacionales del INDEC a partir de 2004. Por ejemplo, para construir el Índice de Consumo así como el Coeficiente de Importaciones, al valor de producción industrial le suprimimos el componente de las exportaciones e incorporamos el Índice de Volumen Físico (mide la evolución mensual de los volúmenes de la producción física de los bienes elaborados por el Sector Industrial), así como el Estimador Mensual Industrial (calcula el desempeño del sector manufacturero sobre la base de información proporcionada por empresas líderes, cámaras empresarias y organismos públicos que informan sobre productos e insumos representativos).

-¿Por qué recurren a los datos provistos por el INDEC cuando sus mediciones han sido motivo de graves disensos durante el último tiempo?
-El indicador de producción del INDEC es el único que mide a la industria en términos de producción de valor y que presenta información desagregada. Además, las nuevas autoridades del Instituto revisaron las estadísticas y nuestros indicadores están construidos sobre esa revisión, así que nos ahorramos cualquier tipo de problema al respecto.

-Por último, ¿cómo sigue el futuro del Mide-Ar?
-Nuestro objetivo es que ese esquema se transforme en un programa integral que vincule variables y se complejice con nuevos indicadores del desarrollo. La idea es conformar una base de datos articulada y de fácil acceso para generar informes, trabajos analíticos y cualquier tipo de tareas de investigación y divulgación. Pensamos en publicar un informe de modo trimestral, algo así como un termómetro coyuntural del consumo. Tenemos pensado avanzar en un indicador sintético de desarrollo económico y social.

-¿Qué implicaría ese nuevo indicador?
-A través de distintas series estadísticas, implicaría construir un indicador que reúna los diversos aspectos de un fenómeno tan complejo como es el desarrollo económico. Debería tener componentes vinculados con la actividad productiva, la sustentabilidad del esquema económico y las condiciones sociales de vida.

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